Fuentes cercanas a Luiz Inácio Lula da Silva afirman que el expresidente brasileño esperará al último minuto a obedecer la histórica orden judicial que le exige ingresar en prisión a las cinco de esta tarde, hora de Brasilia.
Al exmandatario se le espera en los juzgados de Curitiba (Paraná) para comenzar los 12 años de su condena por corrupción; él, sin embargo, se encuentra en São Paulo, en la sede de su antiguo Sindicato Metalúrgico, arropado por sus seguidores y amigos, y preparando un discurso de despedida.
El expresidente está obligado a cumplir la orden, pero aún dispone de incontables herramientas para, cuando menos, expresar su airado desacuerdo y mostrar que se siente víctima de una condena desproporcional por el delito de haber aceptado un soborno de una constructora. Por ejemplo, si se entrega voluntariamente o espera a que vayan a buscarle, o si se aleja de Curitiba, donde le esperan cientos de detractores y periodistas, o consigue ser detenido en São Paulo.
Fuente: El País