Falta, todavía falta mucho. Hay partidos de por medio, incluso hay un superclásico por Superliga el domingo 1° de septiembre. Pero todas las miradas ya apuntan a una semifinal entre Boca y River, que se vieron en la final de la edición pasada y que otra vez pueden estar cara a cara por este torneo, como en 2015 y en 2018 en los últimos tiempos. Ahora a un paso de la final, que se jugará en Chile, a un partido, el 23 de noviembre y cuyas entradas están a la venta.
¿Cuándo serían los partidos, si es que Boca cierra la serie el miércoles desde las 19.15 el 3-0 que se trajo contra Liga de Quito y después, el jueves, River se trae la clasificación en la revancha de La Olla? La previa será larga, demasiado. Porque después de los cuartos de final, la Libertadores se para con fecha FIFA en el medio. La ida será en la semana del 2 de octubre, en el Monumental, ya que River fue segundo en su grupo y quedó detrás de Boca en la general: ante del primer duelo, por Superliga, el Millo enfrenta antes a Gimnasia de visitante y Boca recibe a Newell’s.
Y la revancha será como en el 2015, en aquel partido que no terminó por el gas pimienta. Habrá que esperar 20 días porque se jugaría recién en la semana del 23 de octubre, luego de una nueva fecha FIFA, en la Bombonera: será después de que Boca enfrente por el torneo local a Racing en casa y River visite a Arsenal.
Ante esta posibilidad hay dos jugadores que deben cuidarse de no ser amonestados en la revancha de la serie de cuartos porque podrían perderse el superclásico de semis. Uno por lado: De La Cruz, de River, vio tarjetas en el Monumental ante Cruzeiro y este jueves contra Cerro Porteño; y Wanchope Abila, de Boca, las arrastra de los cruces ante Paranaense, donde en ambos fue amonestado.
Nada está dicho, no está definido, pero hay cada vez más olor a superclásicos en semifinales, como sucedió en 2004: aquella vez, Boca fue finalista por penales en el Monumental (1-0 de local y 1-2 de visitante) y después cayó en la final con Once Caldas.
