Una mujer era salvajemente golpeada por su marido delante de sus dos hijos y el rápido llamado de los vecinos de calle Bustamante al 2000, que escuchaban los gritos desesperados de la víctima, evitaron un grave desenlace.
El hombre cerró con candado el acceso, por lo que los efectivos policiales debieron ingresar forzando la puerta principal. En el lugar, el agresor fue detenido y posteriormente alojado en la comisaría 25.