JUSTICIA

#ViolenciaDeGénero

¿Una pulsera electrónica garantiza el control de un violento?

La justicia dejó libre a un agresor  bajo algunas condiciones.

El juez Guillermo Pereyra, vocal de la Sala VI del Tribunal de Juicio, condenó a Rodolfo Fernando Guzmán a la pena de tres años de prisión de ejecución condicional por resultar autor penalmente responsable de los delitos de privación ilegítima de la libertad agravada, lesiones leves agravadas por el género y la relación de pareja previa, y amenazas agravadas por el uso de arma, en concurso real.

La justicia determinó que el acusado permanecerá en libertad cumpliendo con informar la dirección de residencia y someterse al cuidado del Programa de Inserción Social y Supervisión de Presos y Liberados de Salta.

Además tendrá prohibición total y estricta de acercamiento y contacto con la víctima en forma personal o por cualquier otro medio, en su domicilio y en los lugares que ella frecuente en un radio de 500 metros. No podrá ingresar al domicilio donde ella resida; ni realizar actos de violencia física, moral o psíquica en su contra; abstenerse de abusar de bebidas alcohólicas y/o estupefacientes; someterse a un tratamiento psicológico a fin de controlar su agresividad, y hasta tanto el profesional interviniente lo considere pertinente. Todo ello durante el término de tres años, presentando ante el Tribunal constancias que den cuenta de su evolución.


Asimismo, el juez mantuvo vigente la inclusión del imputado en el “Sistema Único de Monitoreo a Agresores” mediante el control por pulsera electrónica.
El magistrado ordenó  también que se imponga custodia móvil policial fija por el término de 10 días y de carácter ambulatorio por 30 días en el domicilio de la víctima, extensibles según disposición del Tribunal competente.



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