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Abusó de la sobrina de su esposa: irá a juicio

Se trata de un hombre de 32 años, acusado de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por la guarda, en perjuicio de una menor.

El fiscal penal 2 de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual, Rodrigo González Miralpeix, requirió ante el Juzgado de Garantías 6 la elevación a juicio de la causa que tiene como imputado a un hombre de 32 años, acusado de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por la guarda y abuso sexual con acceso carnal agravado por la guarda, todo en concurso real, en perjuicio de una menor.

Del requerimiento surge que el imputado, esposo de la tía de la menor, aprovechó que la víctima de 15 años se quedó a dormir en su vivienda, ubicada en zona oeste de la ciudad, ingresó a la habitación donde la menor descansaba y la sometió a tocamientos.

El imputado avanzó en su ataque sexual y en la segunda oportunidad en que la menor se quedó a dormir, reiteró los actos antes mencionados, pero además la accedió carnalmente, por lo que atentó severamente contra la libertad y dignidad sexual de la víctima, a quien también amenazó con matarla y matarse luego, si le contaba a alguien sobre lo sucedido.

El fiscal penal González Miralpeix sostuvo que los hechos descriptos se encuentran corroborados, fundamentalmente con la declaración de la víctima en circuito cerrado de televisión, donde la menor pudo relatar los aberrantes actos a la que fue sometida.

Por otro lado, valoró la evidencia médica existente, tras la revisación a la que se sometió la menor, que evidenció lesiones en la región genital.

Los hechos resultan agravados dado que el imputado ostentaba la condición de  guardador de la víctima, ya que era la pareja de la tía de la menor y estaba obligado a tutelar por el bienestar y el cuidado personal de la niña.

El fundamento del mayor reproche a la conducta del acusado, se deduce del implícito deber moral que tenía sobre aquella y el nivel de confianza puesto en él por su entorno familiar.          

En todos los casos, el imputado, en pleno dominio de sus actos, se valió de su superioridad física y de la diferencia de edad existente entre él y la víctima, y por ser el encargado de la guarda, perpetró un serio acometimiento en contra de la menor.



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