En la semifinal de la Copa de Rumania, un árbitro roció con aerosol evanescente, ese que se usa para marcar las distancias en los balones detenidos, el rostro de uno de los jugadores.
Quien terminó lleno de espuma fue Ionut Stoica, jugador del Hermannstadt, quien había cometido una falta y fue reprendido por el arbitro con aerosol. Stoica quedó atónito.
Fuente: Infobae