Las obras de la Plaza 9 de Julio, que tomaron una considerable cantidad de tiempo en completarse, dejó a los salteños con una sensación de insatisfacción y descontento.
Lo que hizo eco en las últimas horas es la presencia de una bomba de agua abierta, junto a un charco de agua, lo que sugiere la necesidad de realizar reparaciones.
La cantidad que se gastó y la falta de mejoras evidentes en la plaza es motivo de preocupación. Se esperaba que esta inversión transformara el lugar en un espacio público atractivo, accesible y seguro, pero hasta el momento, es difícil ver los resultados.