La leyenda cuenta que a principios del siglo XVIII, en tierras guaraníes, un monje jesuita se apartó de su misión para curar a los pueblos indígenas del lugar. Por este accionar se lo acusó de realizar actos de brujería. Cómo castigo fue encerrado y aislado por un largo período. Aunque la devoción por este santo popular no es reconocida por la iglesia, cada vez son más los salteños que eligen acercarse a él para agradecerle y pedirle por salud y trabajo.
En Villa San Antonio, una casa ubicada en la avenida 16 de septiembre se destaca sobre las demás. Allí, María Esther construyó un santuario en homenaje a San La Muerte y por dónde desfila un centenar de personas por semana. "Es un santo discriminado por apariencia y nombre. Se divulga una creencia equivocada y errónea del santo", manifestó la vecina.
En diálogo con FM Capital, la mujer relató que se hizo devota hace 15 años cuando su hija atravesaba un problema de salud y logró recuperarse. "Los médicos me dijeron que no había muchas esperanzas y yo se le encomendé al santo", contó.
Para venerar la imagen de San La Muerte, María Esther realiza una ceremonia todas las semanas y ahora, cómo consecuencia de la pandemia, esta actividad se hace de manera virtual por redes sociales.
"Todas las semanas se acercan muchas personas a rezar y pedir por salud o trabajo", detalló la mujer.
