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Otra muerte de un argentino en Bolivia genera dudas

Se trata de un hombre oriundo de Tartagal que estaba en Yacuiba y la policía lo había encontrado tirado al costado de la ruta donde supuestamente lo auxiliaron. Pero nadie supo explicar por qué lo llevaron a una celda de detención y no a un hospital.

El 9 de junio pasado Silvestre Castro dejó de llamar a su familia. El muchacho, de 29 años de edad, residía en el barrio 9 de Julio en Tartagal y una semana más tarde, cuando no recibían ningún tipo de noticias de él, sus familiares hicieron primero una denuncia en Tartagal y luego se fueron a Yacuiba.

Silvestre tenía antecedentes penales por robo y en Argentina había cumplido una condena; por eso el hecho no trascendió más que en los medios locales. Pero sus familiares, con algún dato de que podía estar en Bolivia -en Yacuiba tenía una tía- se fueron hacia esa localidad a averiguar algo acerca de su paradero. Fueron a la comisaría 4 de Yacuiba, ubicada en pleno centro de la localidad de frontera. La respuesta que recibieron del personal policial fue que no lo conocían, nunca lo habían visto ni tenían datos.

Pero 24 horas más tarde, al darse cuenta que los familiares no dejarían de buscarlo, los mismos policías bolivianos les informaron que personal de esa misma comisaría -donde supuestamente nadie sabía de él- lo habían encontrado tirado al costado de una ruta y que " 40 minutos más tarde de ser auxiliado por el personal policial se suicidó, ahorcándose en la celda en la que fue alojado". La fuerza policial de Bolivia nunca les explicó cómo si lo encontraron desmayado al costado de una ruta, en lugar de llevarlo a un centro de salud lo llevaron detenido . Y cómo una persona que estaba inconsciente al rescatarlo, pudo, sin que nadie se diera cuenta, quitarse la vida ahorcándose dentro de la celda.

Horas más tarde, cuando fueron a hacer el reconocimiento del cuerpo les dijeron que en realidad estaba muerto hacía más de una semana, es decir a las pocas horas de haberse ausentado de Tartagal. Gimena, su sobrina, aseguró que el cuerpo no presentaba ninguna lesión ni fractura en el cuello. "El forense nos dijo que murió por una contusión cerebral pero ellos (los policías) la hicieron corta y lo hicieron pasar como que se ahorcó", recordó la jóven que les dijo el médico forense. Lo que quedó en evidencia fue que si los familiares desde Argentina no comenzaban a insistir con averiguar su paradero el cuerpo de Silvestre Castro lo más probable es que nunca hubiera aparecido.

Fuente El Tribuno



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