Ellos dicen que son diferentes y que por lo tanto representan intereses diferentes. Pero son parecidos, muy parecidos. Los dos se definen (o se definían) como “outsiders” y distintos a los “políticos tradicionales” y por eso construyeron sus trayectorias no en comités o unidades básicas sino en los medios de difusión masiva.
Adrián Valenzuela y Guillermo Durand Cornejo, en efecto, alcanzaron altísima popularidad por su tarea en la radio y la televisión. Pero, sin embargo, ahora en el papel de dirigentes políticos y candidatos para las próximas elecciones legislativas escapan de manera vergonzante de los medios y de los periodistas que trabajan en ellos.
Sus campañas electorales están basadas en recorridas por los barrios de la ciudad, organizadas por los dirigentes y punteros que responden al gobernador Juan Manuel Urtubey y al intendente Gustavo Sáenz, y en el envío de partes de prensa a los medios y publicaciones en redes sociales. Nunca por el contacto libre con periodistas.
Esa estrategia no es nueva. Es utilizada por políticos y candidatos de todo el mundo que buscan saltear a los medios y los periodistas para llegar “directo” al electorado. Sorprende, eso sí, que hombres de los medios den la espalda al oficio del que se sirvieron durante años. Casi no dan entrevistas y menos, mucho menos, se prestan para un debate de ideas y propuestas.
Su pasado los condena. Durante años Valenzuela, otrora “chico malo” de los medios salteños, reclamó a políticos y funcionarios que dieran la cara y respondieran (a través de los medios y de los periodistas) a las múltiples demandas de los vecinos salteños. Igual Durand Cornejo que, además, en sus años como diputado de la provincia y de la nación llegó a presentar proyectos legislativos para establecer la obligatoriedad de los debates públicos (reproducidos en vivo y en directo por cuanto medio de difusión quiera hacerlo) entre los candidatos a ocupar cargos electivos.
Sin embargo, como la misma desvergüenza con que reniegan de la actividad política de la que viven, también desconocen aquel pasado mediático.
Este lunes, por caso, habiendo confirmado su participación en el programa “Vermut con papas fritas” de Canal 10 ambos faltaron a la cita. Una hora y media antes del horario convenido desde el equipo de campaña de Valenzuela avisaron por teléfono que tenía otro compromiso y que no concurriría y, mucho peor aún, Durand Cornejo llegó hasta el estudio de grabación pero se retiró antes del arranque del programa y dejó la silla vacía. Decidieron no intercambiar opiniones ni entre ellos ni con los otros candidatos (Gabriela Cerrano, Roque Rueda, Marcelo Armando Hoyos y Walter Wayar) y negar a los salteños la posibilidad de conocer sus propuestas para el Senado.
Exactamente lo mismo hicieron con FM Capital donde en una y otra oportunidad aseguraron que gustosos debatirían para enriquecer la discusión democrática y ahora desatienden ante las requisitorias periodísticas. Adrián Valenzuela y Guillermo Durand Cornejo, Guillermo Durand Cornejo y Adrián Valenzuela dicen que son diferentes pero son parecidos, muy parecidos. Ejecutan, como antes criticaban, la lamentable práctica de la “vieja política”: prometer y no cumplir.
