Robert Francis Prevost, nacido en Chicago en 1955, fue elegido este jueves como nuevo Papa y tomó el nombre de León XIV. Su elección marca un hito en la historia de la Iglesia católica: es el primer pontífice estadounidense, algo impensado hasta hace poco tiempo. La fumata blanca se vio a las 18:07 en Roma y, una hora más tarde, el flamante Papa saludó a los fieles en la plaza San Pedro, dirigiéndose en español e italiano.
Prevost, agustino de formación, pasó gran parte de su vida como misionero en Perú, donde fue obispo de Chiclayo y ocupó cargos clave en la Iglesia latinoamericana. En 2023, el Papa Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos, rol desde el que tuvo influencia directa en la selección de prelados en todo el mundo. Su elección refleja la continuidad con la línea de Francisco, especialmente en temas sociales, aunque con matices en cuestiones como la comunidad LGBTQ+.
Hijo de un veterano de guerra y una cocinera de raíces españolas, Prevost siempre destacó la influencia de su madre en su acercamiento a la fe. “Como mi mamá era una cocinera muy buena, ¡frecuentemente nos visitaban los sacerdotes!”, recordó alguna vez. Su formación académica incluye estudios en Matemáticas, Teología y Derecho Canónico, además de dominio de varios idiomas.
Su elección como León XIV abre una nueva etapa en la Iglesia, con la expectativa de mantener el impulso reformista iniciado por Francisco, al tiempo que representa una apertura histórica al continente americano. Con su calidez, cercanía a los pueblos de América Latina y experiencia pastoral, busca tender puentes en un mundo desafiante para la fe.
