Dos satélites europeos se perdieron en el espacio y nunca podrán ser recuperados. Un fallo en el cohete lanzador Vega ha provocado la perdida del satélite de observación español Ingenio y del francés Taranis, poco después del lanzamiento a las 2.52 UTC este martes desde Kourou, Guayana Francesa.
“A los 8 minutos del despegue de la misión Vega VV17, tras el primer encendido del motor de la etapa superior del Avum, se identificó una desviación de trayectoria que conllevaba la pérdida de la misión”, explicó la ESA en un breve comunicado.
Esta misión iba a ser todo un hito al ser el primer satélite 100% español, que se encargaría de ‘vigilar’ desde el espacio el estado de los suelos, del agua, del aire, e incluso la contaminación de las ciudades. Liderado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), el coste total del Gobierno en este proyecto, iniciado en 2008, ronda los 200 millones de euros.
Ha sido la primera vez que España diseña y desarrolla un sistema completo espacial. De hecho, los contratistas principales, el subsistema, los equipos, los operadores y la explotación comercial ha sido española. Entre su instrumental de vanguardia destacaba una cámara dual de última generación que puede tomar imágenes de la Tierra con una resolución de 2,5 metros.
Antes de cortar la transmisión de televisión, los técnicos añadieron que era necesario esperar para obtener más datos al fin de saber qué ha sucedido. El cohete, que además del Ingenio transporta también el satélite francés Taranis, fue lanzado a la hora señalada, a las 01:52 GMT y tenía previsto, según los planes de Arianespace, separar el satélite español 54 minutos después del despegue y hacer lo propio con el satélite galo 1,42 horas tras el lanzamiento.
A los pocos minutos, en su cuenta de Twitter, la agencia informó: “Trayectoria degradada en #VV17 después del primer encendido del motor Avum. Investigaciones sobre la anomalía en curso. Más por venir en breve”.
Ingenio debía situarse en una órbita heliosíncrona, a una altitud de aproximadamente 670 kilómetros desde donde escudriñará la Tierra.