INTERNACIONALES

VII Cumbre

CELAC: un regreso, ausencias notables y discusiones internas

Brasil volvió al organismo, hubo presidentes que no viajaron a Buenos Aires y las críticas de Uruguay volvieron a hacer ruido.

El presidente Alberto Fernández cerró ayer la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que se desarrolló este martes en el Hotel Sheraton de Buenos Aires.

A lo largo de la jornada -y previamente-, una serie de hechos y declaraciones marcaron la reunión, de la que participaron (15) mandatarios y representantes de los 33 países miembro.

El regreso de Brasil

La cumbre no sólo significó el regreso del presidente brasileño Lula da Silva a la política internacional. También marcó la vuelta de Brasil al organismo, tras la retirada que había dispuesto Jair Bolsonaro. Esto derivó en una intensa agenda que el mandatario brasileño mantuvo en el país junto a su par argentino, Alberto Fernández, en el primer viaje internacional de su tercer mandato.

Una moneda común

Desemboca del primer punto el anuncio de una moneda común entre Argentina y Brasil (sin perder el real ni el peso) para el intercambio comercial. "Va a suceder", aseguró el presidente Lula.

Sin embargo, varios economistas advirtieron que antes, se deben cumplir una serie de requisitos que no se reúnen en la actualidad, como por ejemplo, cierta paridad entre los indicadores de ambos países. Y otros se mostraron realmente críticos de esta alternativa, al calificarla de "locura" y "poco serio".

La fallida visita de Nicolás Maduro y otras ausencias notables

La visita del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, provocó el repudio generalizado de la oposición. Entre críticas y denuncias, finalmente, el mandatario decidió no viajar a Buenos Aires. Envió en su lugar al canciller Yván Gil Pinto.

Antes, el presidente Alberto Fernández había dicho que como miembro de la CELAC, Maduro estaba "más que invitado". Sin embargo, reconoció que no sabía qué iba a hacer el sucesor de Hugo Chávez.

Tampoco pasaron desapercibidas las ausencias de Andrés Manuel López Obrador, de México, quien, vale señalar, no suele salir de su país, y de Daniel Ortega, asediado por denuncias de violaciones de los derechos humanos.

Las críticas de Chile y Uruguay

El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, sostuvo que la cumbre está ideologizada y volvió a reclamar la apertura comercial, en medio del conflicto con el MERCOSUR. En un duro discurso, planteó la necesidad de "mirar hacia adentro" y apuntó -sin nombrarlos- contra los gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua.

"Se habla del respeto a la democracia, a los derechos humanos y del cuidado a las instituciones. Claramente hay acá países que no respetan ni la democracia, ni las instituciones ni los derechos humanos. No tengamos una visión hemipléjica de la defensa de la democracia, de las instituciones y de los derechos humanos según el perfil ideológico", dijo.

Antes, causó indignación en el país vecino la declaración de Sergio Massa, quien durante una conferencia de prensa junto a su par de Brasil, calificó de "hermano menor" al país y dijo que Brasil y Argentina "deben cuidarlo".

Su par de Chile, Gabriel Boric, pidió durante su intervención la liberación de los opositores "que aún se encuentran detenidos de forma indigna" en Nicaragua y se manifestó en contra de los bloqueos a las economías de Cuba y Venezuela.

"La política de la exclusión no ofrece resultados auténticos ni durables. Así lo demuestra la historia de nuestra América Latina y el Caribe, con el ignominioso bloqueo de Estados Unidos a Cuba y más recientemente a Venezuela", sostuvo.

A su vez, pidió por la paz en Perú, inmerso en una crisis política y social que se desencadenó tras la destitución y posterior detención de Pedro Castillo.

Traspaso de mando y documento final

En el cierre de la cumbre, Alberto Fernández, en su rol de presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños a su par de San Vicente y las Granadinas, Ralph Everard Gonsalves.

Luego, los 33 participantes de la cumbre suscribieron la "declaración de Buenos Aires", el documento final de la reunión, en el que, a lo largo de 111 puntos, manifestaron su compromiso con la democracia y el respeto por los Derechos Humanos, como así también "el respeto a la integridad territorial, la no intervención en los asuntos internos de los Estados" -sin nombrar a Estados Unidos pero en una clara referencia al país norteamericano-, pidieron mejores condiciones financieras y reiteraron su "compromiso para impulsar acciones efectivas tendientes a garantizar la seguridad alimentaria".

Fuente: FiloNews



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