Llevamos un año y casi siete meses desde que asumió Mauricio Macri como presidente de la Nación. Un mandatario nacional no político, sino un empresario. Y con él llegó lo que se denominó “el cambio”, por el cual muchos argentinos lo eligieron ante una opción (Daniel Scioli) que creyeron más de lo mismo (12 años de kirchnerismo) y que llevaría al país a convertirse como Venezuela, o en el mejor de los casos como Santa Cruz.
La principal crítica a este Gobierno, y no solo desde sectores kirchneristas, sino desde aquellos que votaron al propio Macri y que hoy se replantean si hicieron bien en votarlo o no, tiene que ver con la política de ajuste aplicada y que afecta a los que menos tienen: subas en los precios de los servicios públicos, quita de pensiones por discapacidad, quita de programas de estudio, la inflación que parece no detenerse, el desempleo, solo por nombrar algunos ejemplos. Tenemos un gobierno de “prueba y error”, que da dos pasos hacia adelante y retrocede otros dos por la mala implementación de medidas económicas que se supone llevarían al país a buen puerto.
¿Dónde se mide, o se evidencia que el país no va por el camino que desde el gobierno dicen que va? La respuesta es simple, solo queda mirar un poquito más allá de nuestra nariz, en mirar al que está al lado, en mirar a aquel que duerme en la calle, al señor/a que se queja en el supermercado porque la plata, la jubilación, la pensión no le alcanza ni para comer. Casos como estos hay miles. No nos olvidemos de las PyMes, que al fin y al cabo son las que supieron en su momento dar empleo a gran parte de la población.
No solo lo digo yo, el propio Marcelo Longobardi (periodista de Radio Mitre) días atrás, en medio de una entrevista, tuvo que parar de la peor manera al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, cuando este resaltaba que “la economía argentina está mejorando, estamos creciendo”, a lo que el conductor radial le dijo contundente que “nadie piensa que la economía este mejorando”.
Pareciera que este Gobierno vive una realidad diferente a la de los propios argentinos. “No hay peor ciego que el que no quiere ver”. ¿De qué manera tiene que expresarse la ciudadanía para mostrar que no la están pasando bien? Los paros, las marchas, los cortes, no son “bien vistos” y hasta son reprimidos. ¿Volveremos a lo del 2001? Creo que nadie desea pasar por tan dolorosa situación como la de aquel año.
Por esto, y dejando de lado las preferencias políticas e ideológicas, comulgues con los K, con el PRO, con los radicales, con la izquierda o con quien sea, en las próximas elecciones sos vos el que va a tener la plena libertad de elegir, con convicción, a quien represente tus ideales para que busque desde el lugar que le toque, sea dentro del Concejo Deliberante, de la Legislatura o desde el Congreso Nacional, pelear por tus intereses, los intereses de quienes los votaron y buscar lo mejor para este país.
Por Maria Lourdes Arnedo para FM CAPITAL 97.7
