La agresora está detenida por "abuso sexual con acceso carnal reiterado agravado por el vínculo en concurso ideal con corrupción agravada de menores", en la causa a cargo del juez Martín Heredia Zaldo.
El caso salió a la luz porque los docentes de una escuela especial a la que iba uno de los niños descubrieron los abusos. Un día el chico se defecó encima y a los maestros les llamó la atención que no controlara los esfínteres. Además, cuando lo ayudaron a cambiarse la ropa descubrieron que tenía verrugas en sus partes íntimas. Allí, llamaron a los médicos y un profesional confirmó que el adolescente con retraso madurativo tenía sífilis.
Inmediatamente, desde la escuela llamaron al padre biológico de los chicos. El hombre se hizo cargo de sus hijos y terminaron viviendo en la casa de una madrina a la que le contaron todos los abusos.
Más tarde, las víctimas relataron su historia en el centro ANIVI frente a profesionales y corroboraron la veracidad de las versiones. Los testimonios fueron suficientes para detener a la mujer.
Según detalla el fallo judicial, la agresora abusó sexualmente de al menos uno de sus hijos, los obligaba a tener relaciones entre ellos y los prostituía en su casa y en otros domicilios particulares, de la capital sanjuanina; y no tenía reparo en que la vieran cuando tenía sexo con un perro de raza Pitbull.
Los chicos tienen 16, 14 y 9 años. La madre los entregaba por las noches a cambio de dinero a extraños para que los violaran.
