La semana pasada un grupo de personas hacía trekking en la localidad mendocina de Los Molles, Malargüe, cuando encontró 34 cóndores y un puma muertos, tras lo cual dio aviso rápidamente a las autoridades.
Según publica el diario Los Andes, se dio aviso a la Fundación Bioandina Argentina, que realizó un relevamiento en conjunto con la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial de la Provincia.
Para investigar lo ocurrido se organizó un equipo de trabajo conformado por autoridades de Fauna de la provincia, Policía Rural, Fundación Cullunche, Ecoparque Mendoza, Fundación Bioandina Argentina, Ecoparque Buenos Aires e investigadores del Conicet, para investigar lo sucedido. También autoridades de Fauna Nación fueron convocadas.
La situación generó conmoción entre las autoridades ambientes, ya que no es común encontrar tantos ejemplares muertos. En ese sentido, su muerte podría estar ligada a una peligrosa práctica: según Los Andes cuando un depredador -puma o zorro- mata a uno de sus animales, los criadores envenenan los restos del cadáver que estas especies dejan apartadas para continuar comiéndose los días siguientes.
“Generalmente estas personas utilizan carbofurán, que es un agrotóxico”, indicó el jefe del departamento de Fauna de Mendoza, Adrián Gorrindo.
De esta manera, cuando los carnívoros regresan y continúan saciando su hambre, ingieren el veneno con que fue rociada su presa, y mueren. “Es una práctica que se usa mucho. Pero pone en riesgo también a las especies carroñeras, que se alimentan con los restos que dejan los depredadores. Y aquí entra en escena el cóndor”, apuntó Gorrindo.
Los ejemplares fueron hallados amontonados y parcialmente quemados. La Justicia investiga lo ocurrido y busca dar con los responsables de envenenar a los animales.
