Lo que inicialmente era un paseo para atrapar sardinas se convirtió en una tarde que el buceador Craig Capehart y sus tres amigos jamás olvidarán.
Y es que en su travesía por las costas de Sudáfrica se encontraron con una ballena jorobada que realizaba una rutina de maniobras que los dejó maravillados.
Sus movimientos generaban tal impacto en el agua que permitieron inmortalizar una serie de imágenes que podrían ser consideradas artísticas.
De acuerdo con Capehart, el cetáceo que habita en el mar Mbotyi, de Pondoland, pesaba alrededor de 40 toneladas (unos 40 mil kilogramos).
