Se dieron a conocer nueve ciudades en donde los turistas no son queridos por los habitantes, ya sea por su constante llegada o por lo que le aportan a la ciudad, los lugareños están casados de ellos y no dudaron en manifestarlo.
Venecia: Ciudad devorada por turistas por sus calles de agua. Lleva años maltratando al visitante porque sabe que haga lo que haga al día siguiente tendrá otros cientos de miles esperando para entrar.
Islas de Tailandia: el país de la sonrisa y uno de los más amables decidió cerrar varias islas por ser destinos de mochileros en busca de fiestas.
Barcelona: los españoles no quieren que la ciudad se convierta en una tienda de recuerdos baratos.
Ámsterdam: una ciudad “destruida por los turistas” aseguran sus habitantes.
Bután: fueron los últimos en postularse en el mercado turístico, quien va tiene que entrar con una agencia autorizada y pagar una tasa fija de 250 dólares diarios, que le incluye el transporte, guía y alojamiento.
Los onsen de Japón: es un baño público termal tradicional para los japoneses. En la mayoría de onsen prohíben entrar a quienes llevan tatuajes en el cuerpo; algo mal visto en la cultura japonesa, no así en la occidental.
Santorini (Grecia): la isla griega se cansó y dijo que no cabe un crucero más.
Cinque Terre (Italia): cinco pintorescos pueblos marineros catalogados Patrimonio de la Humanidad, unidos por estrechos y bucólicos senderos. Suficiente belleza como para atraer a 2,5 millones de turistas al año.
Arlington (Texas, EEUU): Su inclusión en la lista se basa en un estudio que se hizo en 2015 sobre decenas de miles de tuits geoetiquetados en todo Estados Unidos; la conclusión de sus autores era que la ciudad de Arlington, en Texas, era el destino menos turístico en los Estados Unidos.
