La NASA dio dos noticias, una buena y otra mala. La primera es que planea volver a la Luna para el 2024, cuando lance la misión Artemisa. Por otra parte, en cuanto al dato negativo, explicó que, gracias a la creación de un algoritmo que procesó datos sísmicos tomados en los años 60 y 70, se formaron “fallas de empuje” en el satélite natural de la Tierra en los que una sección de la corteza se empuja hacia arriba sobre una parte vecina. A partir de esto, y debido a su superficie frágil, se rompe a medida que la Luna se encoge.
El estudio se llevó a cabo con datos recolectados por el satélite Moon Orbiter, enviado en el 2009 para orbitar la Luna y tomar imágenes de su superficie. La nueva evidencia fue utilizada para analizar datos sísmicos de instrumentos que los astronautas arrojaron sobre el terreno durante las misiones Apolo. Estos datos combinados ayudaron a los ingenieros lunares a comprender qué ocasionaba estos sismos, deduciendo que la Luna se comprimió, aproximadamente, 50 metros en los últimos cientos de millones de años, poco tiempo considerando que el satélite de la Tierra tiene 4,53 miles de millones años de edad. “Nuestro análisis nos proporciona la primera evidencia de que estas fallas aún están activas y probablemente producen terremotos lunares a medida que la Luna continúa enfriándose y disminuyendo gradualmente”, comentó Thomas Watters, el científico principal del Centro para Estudios Planetarios y de la Tierra en el Centro Nacional de Aire y Espacio del Museo Smithsonian en Washington. “Algunos de estos terremotos pueden ser bastante fuertes, alrededor de cinco en la escala de Richter”, agregó.
Estos “moonquakes”, como refiere el reporte, continuaran siendo causados por el continuo enfriamiento lunar, y podrían generar cicatrices visibles en la superficie lunar. La Luna no es el único cuerpo en nuestro sistema solar que experimenta cierta contracción con la edad: Mercurio tiene enormes fallas de empuje, de hasta 1000 kilómetros de largo y más de 3 kilómetros de altura. Dado que los planetas rocosos se expanden cuando se calientan y se contraen a medida que se enfrían, las grandes fallas de Mercurio revelaron que es probable que haya suficiente calor como para ser completamente líquido después de su formación. Los científicos que intentan reconstruir el origen de la Luna se preguntan si lo mismo le sucedió a la Luna o si, en cambio, solo era parcialmente líquida, quizás con un océano de magma en su interior profundo.
Fuente: https://www.lmneuquen.com
