Los inquilinos de una residencia de estudiantes en Londres afrontaron la semana pasada una emergencia insólita cuando encontraron una ardilla atrapada en un inodoro.
El animal había caído del techo y no podía salir del desagüe. Viendo esto, los jóvenes llamaron a la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales.
Al llegar, Kirstie Gillard, funcionaria de esta organización, bajó un fregador al inodoro y la ardilla logró agarrarse al palo con sus patas. Afortunadamente el animalito fue salvado.
Fuente: Crónica