La muerte de Bethany Lynn Stephens conmociona a los Estados Unidos, la joven, de 22 años, oriunda del condado de Goochland, en Virginia, fue hallada despedazad en un bosque el pasado jueves y todo indica que sus dos mascotas, dos perros de raza pitbull, la atacaron sin que se haya podido determinar la causa de dicha reacción.
Según contaron allegados a la chica, parecía poco probable que sus perros la hubieran devorado ya que los animales habían sido criados con amor y devoción desde que eran cachorros. La opinión pública puso en duda la versión oficial y hasta se pensó que se estaba tratando de ocultar un atroz asesinato.
Para poner punto final a los rumores y despejar dudas, el sheriff del condado de Goochland, Jim Agnew, decidió revelar un tenebroso detalle, que había ocultado por respeto a la familia.
"El cuerpo de la señorita Stephen estaba terrible, pero terriblemente maltratado y fue evidente para nosotros que ya hacía bastante tiempo que estaba muerta", dijo Agnew, quien agregó que todo el cuerpo estaba lleno de mordiscos.
Aunque no se ha podido determinar por qué los perros atacaron de tal forma a su dueña, las heridas que tiene en las manos y en el brazo —que serían la evidencia de que se defendió— serían la prueba de que los animales son los responsables de la muerte.
Las pericias forenses determinaron que las marcas que tiene el cuerpo de Stephen, incluyendo unas en el cráneo, concuerdan con las mordidas de un canino. Agnew dice que si la joven hubiera sido atacada por un animal más grande, como un oso, su cráneo estaría fracturado.
Por su parte, Shawn Whitlock, investigador de la policía, asegura que no hay un solo signo o prueba que indique que Stephen fue asesinada por una persona.
