Era un miércoles como cualquier otro para Mavis Wanczyk. Había terminado su turno en el Mercy Medical Center, un hospital en Springfield, Massachussets, y se preparaba para el viaje de regreso a casa cuando un colega, Rob, le leyó el número ganador del Powerball, uno de los juegos de lotería más populares de Estados Unidos.
"¡Lo tengo!¡Lo tengo!", empezó a gritar. Su colega le pidió el boleto, lo miró, la miró y le dijo: "¡Ganaste!".
Wanczyk ganó el mayor premio de lotería en la historia de Estados Unidos para una sola persona, US$ 758,7 millones, que después del pago de impuestos le dejarán nada menos que 336 millones de dólares
Wanczyk confesó que al principio le costó creerlo. Apenas se enteró, pensó que era una broma. Después, ya en su casa, tampoco sentía que era la ganadora. Pero ayer, mientras se dirigía a la conferencia de prensa que la convirtió en una figura mundial, ya comenzó a palpar su nueva realidad. Ganar la lotería le parecía un sueño imposible, confesó. Tras haber cumplido con ese sueño, decidió avanzar con otro: renunciar a su trabajo.