Lo que era un saludo navideño con la marca registrada de Jimena Barón terminó en un tremendo escándalo en redes sociales y una lluvia de críticas debido a la forma en la que se relaciona con su hijo Morrison.
Las imágenes de la polémica muestran en un video la cantante y actriz haciendo twerking, luciendo una tanga roja y un top verde al ritmo de un villancico navideño junto a Momo, el hijo que tiene con Daniel Osvaldo.
La grabación publicada en Instagram estaba acompañada con un profundo mensaje que fue obviado por la mayoría de los que se centraron en su baile. “Con este video que mejor representa a esta family, les deseamos hermosas fiestas. No se peleen, si se pelearon pidan perdón o perdonen. No juzguen, que cuando uno abre el coco y da chances inesperadas, suceden cosas mágicas. Disfruten, hagan papelones. El pedacito lleno del vaso, por más pequeño que sea, agradézcanlo un montón. Agradezcan la salud, que vale todo el oro del mundo”, comenzó escribiendo la artista.
“¡Disfrútense! A ustedes mismos antes que a nadie. Ámense, cómprense un regalito y skabiense rico pensando todo lo bueno que vendrá. A quienes tuvieron un año jodido los abrazo fuerte, deseo con el alma que se venga un año mejor. Y a quienes la rompieron toda que la sigan rompiendo y compartan, regalen, den, ayuden...que así la vida es más bonita, que de acá no nos llevamos nada más que un alma plena y bondadosa y que todo vuelve. Escriban sus propias reglas y vivan la vida que se les cante el ogt”, sugirió J-Mena. Y fiel a su estilo, concluyó: “¿Qué esperaban de mí, una postal con un reno?”.
Pero su sentido posteo, lejos de generar la empatía que esperaba, en gran parte de los usuarios generó un profundo rechazo y una ola de reproches por la crianza de su hijo.
Pero fue la propia Jimena quien adoptó la medida más drástica ante los cuestionamientos. Cansada de las críticas, decidió suspender su cuenta en la red social del pajarito para “escaparse de la violencia de las redes por un tiempo”, según informó @elmascaradook.
