Lionel Messi sonríe. Después de un inicio de un Mundial turbulento, con el penal fallado contra Islandia, con el bajón anímico, con la dura derrota frente a Croacia que desató los terremotos internos; sonríe. Con un gol del capitán, Argentina derrotó 2 – 1 a Nigeria, ya tiene en sus manos el pasaje a octavos de final; Francia espera en Kazan.
"Hubiese sido un final muy feo e injusto para nosotros, merecimos ganar el primer partido. La bronca del penal en el primero; en el segundo hasta el 1-0 estuvimos bien, después nos empezamos a desordenar y a dejar espacios. Regalamos dos goles innecesarios, pecamos de inocentes. Pero sabíamos que Dios está con nosotros y no nos iba a dejar afuera", agradeció, como en su gol, en el que, como es su costumbre, apuntó sus índices al cielo.
"Dejame agradecer a toda esta gente -señalando a los hinchas-, por estar acá desde el primer partido. Es impresionante, también a la gente que está en Argentina, que en ningún momento se dejó llenar la cabeza por todas las boludeces que dicen y una vez más demostraron que la camiseta está por encima de todo", le dedicó la victoria a los hinchas y, al mismo tiempo, respondió a la ola de versiones que desató el tropiezo contra Croacia.
Pasó la zozobra. La Selección está en carrera, como el resto de los clasificados. Y una vez atravesada la angustia, el delantero del Barcelona renueva la ilusión. "Sufrimos mucho desde que empezó el Mundial, es un desahogo grande. Es una oportunidad que se nos brindó y desde hoy empieza otro Mundial para nosotros", advirtió.
Fuente: Infobae