Después de unas cuantas idas y venidas en una negociación que cambiaba de un día para el otro, Gustavo Gómez se hizo la revisión médica y estaba listo para firmar su contrato. Sin embargo, por diferencias económicas (el paraguayo no aceptó una cláusula que tienen los jugadores del fútbol argentino con respecto a un techo al precio del dólar), dejó la lapicera, agarró sus cosas y se volvió al Milan.
A pesar de que algunos días después arregló su llegada al Palmeiras para jugar la Libertadores, el rencor y el enojo contra la dirigencia del Xeneize está más que presente. Y aunque no dio nombres propios, las palabras de Gómez hablan por sí solas...
"Los dirigentes brasileños se portaron muy bien conmigo desde el primer momento. Son muy serios, te llaman directamente, no mienten y no publican nada en la prensa. Cumplieron con todo lo prometido", aseguró el defensor en la radio ABC Cardinal, de Paraguay. ¿Le responderá Angelici?.
Fuente: Olé
