"Los chinos no aprenden a jugar al fútbol desde chicos. No son buenos técnicamente y no creo que ni en 50 años puedan competir con Europa o Sudamérica".
La frase de Carlos Tevez choca enseguida; primero, porque siempre mantuvo una imagen respetuosa del país que le abrió las puertas para continuar su carrera y, segundo, porque, por más que revista cierto grado de verdad, hace rato que ya no tiene la espalda para sostener una polémica declaración de este estilo. Sus palabras son una muestra más de que, efectivamente, la aventura en Asia llegó al final.
Antes de explotar en una entrevista a SFR Sport, un medio francés, había tenido que soportar que Wu Jingui, el entrenador, dijera que tenía "sobrepeso" y que "no estaba en condiciones de jugar" y, luego, que Wu Xiaohui, el presidente, manifestara su descontento con él: "Queríamos traer a una estrella, pero no cumplió con las expectativas". La respuesta del Apache era esperable y terminó siendo contundente a la hora de comenzar a definir su futuro.
El tercer acto de esta historia comenzará en aproximadamente dos semanas, cuando Daniel Angelici viaje a China y se reúna con el futbolista. El deseo del dirigente de Boca es estar cara a cara con él para conocer realmente cuál es su deseo: si regresar al club o retirarse definitivamente. No se hablará de plata, pero sí de intenciones. De esa charla saldrá, casi con seguridad, la tan ansiada resolución y mucho más tendrá que ver lo que quiera Carlitos que lo que tenga que hacer el Xeneize.
