Franco Armani se ganó su lugar en la Selección Argentina que disputará a partir del sábado el Mundial de Rusia 2018 a fuerza de atajadas, perfil bajo y buenos resultados.
El arquero de River nació en Casilda, Santa Fe, y se hizo en su puesto un poco a la fuerza, ya que su hermano mayor Leandro, también futbolista, siempre lo mandaba abajo de los tres palos cuando jugaban juntos.
Tras deambular por un par de clubes del Ascenso y mientras otros se iban a Europa, él recibió un llamado de Atlético Nacional de Colombia, el lugar que le cambiaría la vida. Luego de un par de años difíciles, pocos partidos disputados y una lesión de rodilla que lo llevó a una depresión, en 2011 Franco conoció a Daniela Rendón, quien hoy es su esposa.
Daniela y su familia lo invitaron a sumarse a la Iglesia Cristiana a la que pertenecían y, poco a poco, Armani se hizo devoto. Fue en ese momento que un pastor le dijo: "Dios te va a levantar. A partir de ahora vendrán los éxitos". Y así fue, créase o no.
Armani empezó a triunfar, ganó todo con el equipo verde y desde hace cinco años está dentro del podio de mejores arqueros de América. "Le debo todo a Dios", suele decir Franco.
En 2018 llegó a River, tras una multitudinaria despedida de Atlético Nacional, y ya se metió en el corazón de los hinchas con una soberbia actuación frente a Boca en la final de la Supercopa Argentina y habiendo recibido hasta el momento sólo 10 goles en 21 partidos.
¿Tendrá su debut en la Selección y su chance en el Mundial?
Fuente: Ciudad Magazine
