Boca tenía cita por la Copa Libertadores, esa copa que se obsesiona con ganar, y cuando la noche pintaba oscura se iluminó de la mano de Darío Benedetto.
El delantero entró desde el banco y marcó los dos goles del 2-0 sobre Palmeiras de Brasil en la primera semifinal.
De esta manera, el conjunto de La Ribera inclinó la balanza para su lado y puso un pie en la final.