A Portugal le pasó de todo en el partido ante Holanda en Suiza. Se comió una goleada y, por si fuera poco, dos hinchas invadieron la cancha en el segundo tiempo.
Los dos llamaron la atención ante la mirada de Cristiano Ronaldo, súper fastidioso. El primero le dio un beso y se quiso sacar una selfie en pleno campo de juego. El otro, de baja estatura y con la clásica camiseta 7 del goleador, lo abrazó. A pesar de su cara de pocos amigos, CR7 estuvo bien en su gesto.
Inmediatamente, los encargados de seguridad sacaron de la cancha a los invasores, chochos por haber sido protagonistas por unos segundos. Pintoresca anédcota en pleno amistoso entre holandeses y portugueses.
Fuente: Olé
